SOY SU PRISIONERO
Estábamos los dos en la cama solo cubiertos con una tohallones blancos con un whisky con hielo.
Alice - Gabriel dime como hiciste para escapar tan rápido de mi ni me di cuenta en un momento estabas sobre mi y en el mismo instante allí contra la pared, no entiendo.
Gabriel - Hay cosas que no puedo decirte por tu bien probablemente más adelante pueda o mejor dicho deba decírtelo, confía en mí, es lo único que puedes saber-le dije con cierta tristeza por mentirle. –No debí hacerlo pero ante lo que había sucedido sin pensar lo que hacía- . -Alice mi vida está llena de incógnitas si vas a buscarlas las encontraras solo confía en mí, ya podre decirte todo, solo dame tiempo, si tuvieras un secreto que no es solo tuyo, que harías, eso me pasa a mí, mirándola a los ojos.
Alice - Gabriel, vale te esperare, prometo no preguntar, pero necesitaras mucho tiempo..
Gabriel - A que llamas mucho tiempo, por ahí lo que es mucho para ti no lo es para mí, no va a ser ni mañana ni pasado pero lo haré, si?- el tema me ponía mal pero sabía perfectamente que si esto continuaba no podría pasar mucho para que ella se entere y prefería que sea por mí mismo. Su estomago hizo ruido.
Alice - Tengo hambre quieres comer algo me dijo mi estomago reclama jaja- dijo ella.
Gabriel - No amor, no necesito nada no por el momento, tu eres mi alimento.
Alice - Gabriel, te molesta si como.
Gabriel - Para nada tranquila puedes traerlo aquí- le dije -no me molesta por el contrario tendrás uvas-
Alice -Si tengo.
Gabriel –Vale. Tardo un rato y cuando llego me dijo – Aquí tienes-
Gabriel -Para luego. Le llamo la atención. Se sentó en la cama y se puso a comer, me gustaba verla comer me puse a pensar de repente a ella sí que no le gustaría ver como me alimento yo. Cuando termino le saque la fuente la puse en el suelo y tome las uvas.
Gabriel - Alice compartimos – la recosté a mi lado le puse una uva en la boca y besándola se la partí dentro de su boca mientras la acariciaba por el lado interno de su pierna a la altura de la rodilla hacia arriba, se estremecía, y jadeaba se me quería escapar pero no la deje, tome otra uva y le hice lo mismo pero esta vez la poseí sin previo aviso, se retorcía, exhalaba exageradamente y jadeaba incesantemente, le era imposible tragar la uva, la pasión retenida la volvía loca y a mí me gusto sacarla de sí y transportarla donde yo quería y la deje de besar trago la uva y me mordió, desde luego no me hizo daño. Le dije –muerde desátate -y llego al límite temblando y cuando se relajo un poco pero con su corazón aun corriendo incesante en forma irregular abrió los ojos y rió.
Alice entre jadeos –vasta salvaje me vas a matar el corazón no me va a tolerar más, bandera blanca, me rindo, voy a estar varios días caminando mal, de donde sacas tanta uuuuu-
Gabriel Le sonreí y la bese, mirándola a los ojos le dije- tranquila no te hago nada mas te reconozco la rendición y reí con ella. Mi corazón que creía muerto sentía todo su gozo y el mío al verla y escucharla tan extasiada parecía que a mí también me golpeaba el pecho, me sentí vivo de verdad. Me recosté a su lado y allí me quede y se durmió mientras yo fingía dormir a su lado abrasándola. Pasaron tres horas dormida profundamente, rendida, le bese debajo de la oreja pero no reaccionaba del todo así que me dedique solo a observarla, para cuando despertó eran las 6 de la tarde , habíamos estado 22 hs seguidas juntos, me gusto, pensé lo hermoso que sería tenerla así siempre a mi lado.
Gabriel – Quédate acá voy a prepararte algo descansa, tranquila me portare bien- y ella sonrió. Fui a la cocina y en la nevera había un surtido de vegetales se lo prepare y le hice una tortilla de huevo con queso, le deje todo limpio y se lo lleve.
Alice - Gracias- dijo ella y se dejo servir ella esta vez estaba relajada era impagable ver ese hermoso rostro tan tranquilo aun volando en sus pensamientos que pagaría por saber cuáles eran.
Gabriel -Prometo no volver a obligarte a esta maratón, quieres q me valla.
Alice - Puedo pedirte algo- me rogó- no te alejes.-
Gabriel - De la única manera que conseguirías que me aleje de ti seria que me lo pidas tu y por lo que veo no tienes causa o sí?-conteste a su observación levantando una ceja y mostrando duda.
Alice -No me mientes-dijo mirando para el lado opuesto que estaba yo. Le di vuelta el rostro para que me mire u le di un suave beso en los labios.
Gabriel - Llevo toda mi existencia buscándote ahora que te encontré no pienso dejarte y así me eches me mantendría a distancia a riesgo de mi propia existencia por protegerte. -Cuando realmente me conozcas tendrás la elección de dejarme o seguirme lo que llevaría a decisiones muy importantes a las que nunca te obligaría pero de las que no puedo escapar. -Mi modo de vida no es sencillo pero sé que tengo para ofrecerte una eternidad como hoy, como estas 24 hs vividas juntos y es algo para lo que no estás preparada, no aun y tal vez nunca, lo cual me destroza. -No tendría que estar diciéndote esto lo único que provoco son mas incógnitas que no puedo aclararte, ya te he dicho no es solo mi secreto y si te lo dijera estarías obligada a unirte a mí y a mi familia y eso es pronto. - Mis sentimientos son mucho más amplios del enamoramiento que tú puedas tener en este momento. Me miro con ojos fríos y con indignación me interpelo
Alice – Quien eres Tú para decir que lo que siento por ti es enamoramiento.
Gabriel - Eres joven no sabes nada de la vida.
Alice - Claro el señor porque… que edad tienes 25, 26, que tanto más que yo puedes saber tu con 5 o 6 años más que yo - se renegó.
Gabriel - No todo lo que reluce es oro.
Alice - A que te refieres con eso, que edad tienes- entrecerrando los ojos y poniendo su cara de medio lado como dudando o esperando una mentira para poder refutarla.
Gabriel - Alice por primera vez en mi vida quisiera ser otra persona otro hombre y por primera vez en mi vida me gustaría hablarte de frente si estuviese solo lo haría pero no lo estoy y me debo a mi familia- le implore –confía en mí.
Alice - No le diría a nadie tu secreto que puede ser tan malo si me has hecho sentir como lo hiciste tu, quien tiene tanto para ofrecer no puede ser malo, no lo creería nunca-aseguro ella.
Gabriel - Nunca escuchaste el dicho el habito no hace al monje. Afirmo con la cabeza. -Bueno puede que no sea lo que parezco, pero nunca dudes de lo que siento por ti, eso es lo más puro que puedo ofrecerte- confesé.
Alice - Si no te creyera Gabriel te estaría poniendo entre la espada y la pared bombardearte a preguntas, y sin embargo, no hago ninguna, ignoro cómo lo consigues, pero lo hago, y no me lo puedes dudar tu tampoco, y si mis sentimientos hacia ti no fueran sinceros, te aseguro no hubieras conseguido llevarme al cielo como lo hiciste, ni ayer hubieses entrado siquiera en mi casa.
Alice - Gabriel, me dijiste que yo te embruje, vale ,pero tú también me embrujaste a mí, nunca en mi vida sentí o me hicieron sentir lo que tú a mí hoy, y no quiero perderte, no se a que te refieres con lo que me dices, me clavas un cuchillo en el corazón, porque en tus palabras hay dudas, pero muy pese a mí, confío, te doy tiempo, pero me provocas miedo, como si todo lo nuestro pendiera de un hilo muy delicado, que puede romperse y depende o no que siga por una decisión mí, no te parece que tengo derecho a saber entonces, es lo más justo no te parece-afirmo ella.
Gabriel - Alice, si lo que soy no te agradara, y no quisieras nada conmigo nunca más, seguirías guardando mi secreto?- le pregunte.
Alice - Primero no eres Frankestain y eso lo veo vamos, pero si tu secreto fuera tan tremenda como dices y yo no quisiera nada mas contigo, que no creo que eso suceda, lo guardaría igualmente porque le que siente mi corazón por ti es muy fuerte. He estado en brazos de otros hombres, y te debiste haber dado cuenta, sonreí, pero nunca los traje a mi casa, salvo mi hermano y el novio de mi amiga ningún otro hombre ha entrado que no hayas sido tu, y creo que eso significa algo. Tú me pides que confíe en ti, lo único que puedo decirte es que tu confíes en mi y creo que es justo no te parece.-me dijo muy decidida.
Gabriel - ¿Estás segura de lo que dices? Que el secreto siga siendo un secreto es lo que hará que los dos sigamos con vida pues no depende de nosotros, de mi familia, es algo superior- le dije. En mi algo empezó a gritarme dentro que se lo debería decir, se lo debía. -la carga puede ser muy pesada, lo podrás soportar?.
Alice - Si, confía en mi soy más fuerte de lo que piensas, confía por favor, te amo …
Gabriel - me aseguro. El deseo de tenerla conmigo por siempre ahora que después de 150 años era un deseo que me desbordaba, la había encontrado no podía dejarla ir ella era sincera conmigo y yo debería serlo con ella.
Gabriel - No te arrepentirás, dijiste, estas muy pero muy segura?- y me acerque a solo centímetros de su cara y mi mirada era firme en sus ojos.
Alice - Sí hazlo de una vez ya basta de rodeos tontos no somos críos de pecho o eso es lo que piensas de mí!- me increpo.
Gabriel - soy un… hice una pausa y le di la espalda.
Ella me abraso por detrás y me susurro al oído
Alice – dilo…, confía en mí, dímelo. Me levante de la cama y fui hacia la pared opuesta del dormitorio, me quede mirando la pared, se lo debía, la amo, y si no lo acepta? Que va a ser de mi?, pero y si lo hace? Sería la oportunidad de ser feliz. Por una vez después convertirme en inmortal jamás fui egoísta pero esta vez quise serlo, la necesitaba, no puedo vivir sin ella, debe ser mía y la única manera es diciéndole la verdad. Me di vuelta hacia ella sin dudarlo, la mire a los ojos, ella me miro y sonrió, y a la velocidad del la luz estaba a su lado en la cama con ella estirada y yo encima de ella con un brazo a cada lado de sus hombros y mirándola fijamente a los ojos, que los tenia abiertos y mostraban sorpresa, no miedo, sorpresa.
Gabriel - Alice, soy………
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